INTRANSIGENCIA
En cualquier trabajo o papelo burocrático te toca hacer colas y esperar con la mejor cara posible, te esfuerzas por respetar horarios y eres comprensiva cuando son los otros los que llegan tarde (siempre cabe la posibilidad de que haya pasado algo: avería, retraso en transporte público, qué sé yo).
Ahora bien, llegas a la consulta del especialista, en este caso era la obstetra, pero igual podría ser otro, a tu hora (después de salir MUY temprano de tu curro para asegurarte de que llegas a tiempo y no se te pase el turno) y esperas con el volante en la mano. Así estábamos varias mujeres esta mañana. La obstetra salió de su consulta a las 11.10, recogió los volantes de otra chica y el mío y a otra le preguntó que a qué hora tenía cita. Enseguida resopló cuando esta mujer se puso nerviosa y no sabía decir la hora. Le arrebató el volante y vio que había llegado tarde. Le dijo que la atendería otro día o en el mejor de los casos que le atendería al final. Así quedó la cosa.
Cuando mi consulta terminó, fuera sólo quedaba la que había llegado tarde. Me dice la obstetra: bueno, pues si no tienes más preguntas, nosotras nos vamos a desayunar. Que esa señora (que por lo visto era la primera cita del día) ha llegado tarde y hemos estado esperando aquí como pasmarotes (hombre, creo que frío o hambre no han pasado en la espera, en fin..). Así que nos vamos a desayunar y que espere ella ahora.
Aparte de que hacer esperar a una señora embarazada no es muy bonito, ni humano, ni nada, es que no entiendo esta actitud de ojo por ojo, de venganza, de qué sé yo.. de superioridad, de ejercer el poco poder de mierda que uno tiene sobre el más débil.
Hay que ser una infame para irse a desayunar tan tranquilamente sabiendo que esa señora ahora va a esperar, fácilmente 40 minutos, cuando la consulta de esta especialista no llega a los 10 minutos... y sin haberse interesado lo más mínimo por el motivo del retraso. Quizá estaba justificado. En todo caso, estas no son maneras de tratar a la gente.
¡Manda huevos!
Estoy pensando en cambiarme de obstetra, no sólo por eso, obviamente, pero desde luego que ha sido el empujón final.
3 comentarios
laMima -
Eso no es ojo por ojo, yo creo que es soberbia. Ya les vale.
Todo-a-un-leru -
Besos,
Rosa.
patri -