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VIDAS EJEMPLARES

BUENAS NOTICIAS DE CUSTO

Ayer me mandó un sms para contarme que hoy le daban el alta. Hablamos por teléfono y me dijo que estaba contento de irse de allí. El ambiente en su casa no es ni de lejos el ideal para su situación pero era muy consciente de dónde estaba y de los que le rodeaban.  El ambiente, como ya comenté, era desalentador.

Para mí la buena noticia ha sido que Custo, como ya adelantaba Vesania en su comentario, "sólo" tiene depresión y no esquizofrenia ni nada de nada. Depresión, ni más ni menos. Grave, fuerte, pero se cura.

Ahora todos estamos más pendientes de él y sin duda ha sido un toque de atención que ha acabado bien pero por los pelos.

Espero que no tengamos que llegar a estas medidas tan drásticas para mirar más atentamente a los que nos rodean, amigos, familiares, compañeros de trabajo.

Estamos rodeados de tristeza, de problemas, y pasamos de largo.  ¿Tanto cuesta preguntar cómo estás?  Aunque alguien te caiga mal, merece la pena molestarse un poquito en fijarse. En el fondo, lo que más busca el ser humano es cariño.

CUSTO

El jueves por la noche Custo intentó suicidarse.

Lo tengo que escribir para captar toda su dureza, su realidad, para que no se me olvide que todos le hemos fallado.

Me llamaron el viernes por la tarde para contarme que lo habían encontrado convulsionando e inconsciente en su cama, que habían llamado a la ambulancia y que estaba en el servicio de Urgencias del hospital.

El sábado mismo fui a verle pero lo habían transladado ya a un Hospital Psiquiátrico, habiendo aceptado él mismo quedarse allí.

Desde que me lo dijeron me quedé conmocionada y avergonzada por no haber sabido ayudarle. Sabía que estaba mal. Llevaba desde los 25 años con un brote esquizoide. Solía recibir tratamiento psiquiátrico y medicación, solía mejorar y solía dejar las pastillas, para luego recaer y volver a empezar.

A sus 33 años, me decía el domingo cuando volví a visitarle que su paso por ese hospital no le iba a beneficiar en su CV. Le dije que ahora lo importante es que se cure. No pareció muy convencido.

Tenía mejor aspecto que el día anterior, pero también parecía más consciente de dónde estaba y de los compañeros que le rodeaban.

Reconozco que he llorado mucho. Primero por pensar que casi le perdemos, luego por nuestra impasividad, luego por dejarle allí, luego al recordar sus palabras (qué dura es la vida, repetía) y luego de pensar que me tenía que ir y él se quedaba allí, con sus largos pasillos, con su cama deshecha, con su bata mal atada, con su pelo despeinado, con su mirada triste, con ese café descafeinado que sabe a rayos, con las canas que le han salido y no me había dado cuenta, con su soledad, con su incertidumbre, con su enfermedad, con sus pocas ganas de vivir. Y yo me tenía que ir. Quería quedarme pero es que me tenía que ir. La hora de visitas acaba a las ocho. Y no sé cuándo volveré a verle.

Con Custo he compartido muchos juegos de niños, mucha complicidad, muchas risas, gominolas, también carencias, peleas, amigos. Hemos estado muy unidos hasta que le entró esta dichosa enfermedad, pero de la que nadie hablaba, y por la que se empezó a distanciar de todo y de todos. Se sabía que estaba mal y como está mal visto reconocer que uno tiene un problema mental pues se oculta y en vez de solucionar las cosas se esconden. Qué mierda de sociedad.

Como pienso que nunca es tarde para nada quiero empezar a informarme e informar en este blog del avance de Custo, para que se despeje esa nube de desconocimiento que nos impide avanzar, para quitarle el miedo que supone lo desconocido y más una enfermedad mental. No quiero sentir lástima de él sino respeto.

Cada vez más frecuentemente voy conociendo casos muy cercanos de familiares y amigos que tienen a un enfermo en su entorno. Si está ahí, sería mejor afrontarlo con dignidad y honestidad.

Esta vez Custo ha superado a las 30 pastillas que se tomó y al menos físicamente está bien. Para nosotros es una alegría y un toque de atención. Para él volver a la tortura.

Espero que se cure. Lo necesitamos. Lo queremos.

VIDAS EJEMPLARES

Estreno esta nueva sección con esta noticia

Hay vidas que merece la pena recordar, reconocer, admirar.  Va para ellos esta humilde sección.