Y AHORA ESCRIBIENDO
Después de recuperar un par de posts que se habían perdido (gracias Bambino por recuperármelos), me pongo un poco al día con el blog.
El fin de semana pasado fue muy familiar ya que tuvimos bautizo en Madrid (Vallecas) del sobrino más pequeño. Icepper y yo nos lo perdimos porque llegamos tarde a la ceremonia (a pesar de salir con mucho tiempo de antelación). Esto de no tener GPS, ni sentido de la orientación y de que hay salidas muy mal señalizadas es lo peor para llegar a tiempo a los sitios. De todas formas, la celebración fue tan rápida (duró 20 minutos) que tampoco tengo la sensación de haberme perdido mucho (lo siento por lo afectados pero lo digo como lo siento).
El caso es que iba a este acontecimiento con sentimientos muy muy muy revueltos. Por una parte iba a ver a mis hermanos y sobrinos, lo cual me da siempre muchísima alegría. Por otra parte iba a ver a mi padre, lo cual me producía mucha angustia porque no sabía cómo iba él a reaccionar ante mi tremenda barrigota (lo que le recordaría lo pecadora que soy). Por lo visto, fuera de casa, se corta mucho de ser grosero.... Se dedicó simplemente a ignorarme. De hecho, las pocas miradas que cruzamos en la sala donde hubo piscolabis, no fueron demasiado desagradables aunque fue muy duro que mi proipio padre no se acercara a saludarme y felicitarme, como hicieron tantos conocidos esta tarde... Sí, su desdén me dejó muy mal cuerpo. Por otra parte, en el fondo, supongo que fue lo mejor.
Como llegamos tarde, tampoco había ya demasiado que comer. Las bandejas del catering estaban ya temblando con restos. Afortunadamente había golosinas ... ¿para los niños? no sólo... me puse las botas a nubes y caramelos jejejeje).
Después de hacer un par de fotos se me acabaron las pilas de la cámara. No problem, al menos me dio tiempo a traerme un recuerdo de mis sobrinos.
Anécdota: según me han contado, estando en la Iglesia, mi sobrina de 3 años, que asocia Madrid a Icepper y a mí, al ver que no estábamos por allí, les preguntó a sus padres que cuándo iban a Madrid. ¡Qué rica es!
El resto del bautizo bien, charlando con mis hermanos y mi madre. El momento entrega de regalos parece que tuvo éxito y que al menos al padre de la criatura (la madre andaría saludando a los suyos o yo qué sé) le gustaron mucho los regalos.
Y de lo que va de semana destaco que Icepper y yo hemos estado un poco malitos. Ayer nos quedamos en casa los dos, cada uno con su propio mal. Afortunadamente, ya estamos mejor.
La clase de preparación al parto que tuvimos ayer fue muy buena. Trató del pueperio (o cuarentena, postparto). Aunque eso queda aún algo lejano, llegará así que mejor ir haciéndose a la idea de que los 3 meses del postparto serán durillos y que vamos a necesitar ayuda.
Esta semana tengo varias citas médicas. La última de ellas será la más relevante porque puede que me den la baja. Estoy que ya no puedo más del peso, del cansancio, del dolor de la ciática. Mis compas de trabajo flipan. No saben cómo sigo trabajando. Honrada que es una.... ¿o tonta? En todo caso, espero que esta sea la última semana que curre antes del gran día.
4 comentarios
cocoliso -
Ana -
Lo de tu padre me ha entristecido.
Un abrazo apretao"
patri (Zaragoza) -
marta -
Eso del pueperio no suena nada bien. Durante ese pueperio se permiten visitas de tías-amigas? :)
Besotes.