OTRA DE VECINOS

Según estoy cenando oigo que algo se desliza por debajo de la puerta de mi casa. Estoy sola y ese soplo de aire me da mal rollo. Me doy la vuelta y veo una nota, aún en movimiento. Me la quedo mirando mientras oigo pasos que se alejan y después de breves instantes, oigo la puerta de mi vecino cerrarse. Entonces me levanto, me acerco a la puerta y cojo la nota.

Básicamente dice que le molesta el volumen de nuestro televisor o equipo de música (no tiene muy claro qué es pero le molesta). Esta es la segunda vez que nos da un toque al respecto. La otra vez lo hizo en persona. Yo no estaba entonces en casa pero por casualidad estaba hablando por teléfono con mi chico cuando pasó. Oí que aporreaban la puerta (no nos funciona el timbre) y se oía a un malhumorado y molesto vecino pedir que pusiera la música a un volumen normal.

Es cierto que hemos instalado hace poco un home cinema de esos y que puede que se nos vaya la mano al alza con el volumen. Puede que las casas en que vivimos tengan paredes de papel. Lo que está claro es que no es nuestra intención molestar a nadie. Yo viví muchos años debajo de vecinos insoportablemente ruidosos y sé lo mal que se pasa.

De todas formas, al instante bajé el volumen de la tele y seguí cenando. Luego me puse a recoger la mesa y fregar los platos, con la tele de fondo muy bajita cuando me hice consciente de la cantidad de ruidos que se hacen sin querer: que si la silla se desplaza, que si los platos chocan, que si se caen los cubiertos... De repente todo eran ruidos. Me dio por pensar en el vecino y en si lo que yo estaba haciendo le estaría molestando. Obviamente este pensamiento no duró más de dos segundos en mi cabeza porque una tiene que poder hacer vida normal, con los ruidos que ello conlleva: cacharros, aspiradora, máquina de coser, teléfono, conversaciones y no se puede ser esclavo del vecino.

Ah, comparé la letra de este vecino con la del aparcamiento y .... no es el mismo:)