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chispis

ESTO ES LO QUE HAY

Madrugar (o más bien dormir de forma interrumpida), cambiar pañales, cantar canciones infantiles, acunar, dar el pecho, susurrar palabras bonitas, interpretar su llanto, agobiarse ante el llanto inconsolable e incomprendido, querer volver a trabajar (esto pasa solo después de varias horas de lo dicho antes), dar muuuuuuuuuuuuuchos besos, acariciarle el pelito, quedarme absorta mirándola, descubrir habilidades en mí, maravillarme con el crecimiento de L. y sus muslitos gorditos, comer deprisa (esto va en contra de mis principios), hacer las tareas de la casa a toda prisa y con B.S.O. a base del llanto de L. porque justo en ese momento quiere compañía pero la casa está que da asco, aún así, me acerco, le hablo, le doy el chupete y vuelvo a la escoba, compartir esta nueva clase de amor con mi chico, aprender de él, su paciencia (claro que él no pasa todo el día con ella y no "aguanta" ese llanto que te parte el alma, pero aún así...), vivir intensamente esta aventura/responsabilidad/locura, desear un/a hermanito/a para L. y tantas otras nuevas sensaciones que no caben en este blog.

3 comentarios

merba -

Ese es el precio que debemos pagar por ser madres. Cuando llevamos con ellos tantas horas, sólo pensamos en volver a trabajar y salir de esa burbuja que parece habernos alejado de lo que era nuestro mundo, pero te aseguro que cuando estás trabajando, estás deseando volver a casa porque ya no puedes más con el mono de verlos.
Disfruta ahora de este momento, recreate mirándola cuidándola y no eches de menos nada porque sólo más tarde te darás cuenta de los momentos irrepetibles que ahora estás viviendo.

lamima -

Estaba segura de que ibais a disfrutar completamente de vuestra paternidad, no sabes cuantísimo me alegro.
Tenéis suerte los tres, no lo olvidéis nunca.
Seguid disfrutando.
Un besazo.
P.D. Ja, ya te dije yo que echarías de menos hablar con "personas humanas"... por eso te acuerdas del curro hija, no pienses que estas loca.

icepper -

Y yo que te lo agradezco con todo mi corazón.

Como pareja, me da rabia no poder ayudar en esos momentos duros.

Como padre, me da pena no poder pasar más tiempo con mi niña.